
Luciana Cerna Sciaccaluga
Formulación del Problema
Este es un escrito de carácter teórico – reflexivo sobre las brechas en el desarrollo digital desde puntos de vista feministas y anticolonialistas, que busca plantear un problema de investigación preliminar sobre el desarrollo del campo de las plataformas digitales desde puntos de vista contra-hegemónicos. En un escenario de conectividad global, el acceso a internet es fundamental para la participación digital, que actualmente concentra gran parte de nuestras interacciones sociales y fuentes de información. Este acceso no se distribuye de manera equitativa, sino que hay diversas variables sociales, culturales, económicas y políticas que generan brechas y asimetrías de poder en el modo de uso de plataformas digitales, en las habilidades y en las competencias que se adquieren dentro de estas.
Considerando a la tecnología como un espacio político, estar fuera o dentro de este espacio significa una importante perdida de agencia. Las características culturales de cada estado-nación o territorio en el que la tecnología se utiliza conlleva diferencias a la hora de utilizarla y apropiarla técnicamente, generando una brecha entre quienes tengan un mayor acceso a una computadora personal, a un buen servicio de internet y a cierto nivel de educación digital. Estas brechas algorítmicas se intensifican en un contexto global de oligopolio de las plataformas digitales que favorecen a una reducida elite.
En este escenario, desde hace algunos años, se ha profundizado en el debate del género y la posición de mujeres y masculinidades disidentes dentro de la red. Las mujeres tienen estadísticamente menos oportunidades de acceso social y laboral dentro de este ámbito. Se han promovido políticas públicas que buscan que esta brecha decrezca con líneas de acción que promueven una evaluación de la situación, el término de la violencia de género en plataformas digitales, mejorar infraestructura pública de servicios a internet, promover la educación digital y abrir convocatorias y programas hacia una inserción de mujeres a las disciplinas de STEM (Pérez de Acha).
El colectivo boliviano La Imilla Hacker, por otro lado, tiene una postura crítica sobre los esfuerzos gubernamentales para contribuir a la disminución de brechas digitales y alfabetismo digital, donde “el lema utopista “una niña, una hacker” se acaba transformando en un más pragmático “un niño, una tablet”: la capacidad de manejar software libre de forma creativa es intangible, pero las tabletas o notebooks con la silueta del presidente son un dato objetivo que visibiliza el cumplimiento de promesas electorales y hace subir puntos en las encuestas” (La Imilla Hacker, 2015). Sin embargo, estas implementaciones no han sido suficientes para solucionar efectivamente los problemas estructurales de la masculinización y colonización de la construcción del conocimiento y de las instituciones tecnocientíficas.
Desde esta concepción interesa continuar desde una lógica que invita a complejizar la reflexión en los estudios sobre brechas digitales, reconociendo que dicha brecha conduce a inequidad técnica en el mundo globalizado, donde unos pocos integran una élite de conocimiento, que termina jerarquizando a quienes producen, estudian y teorizan sobre estos temas, según líneas concretas de investigación y de acción. Este problema, se sostiene sobre el oligopolio de las plataformas de uso transnacional, como lo serían Amazon, Google y Facebook, por ejemplo. En este contexto, ¿cómo se posicionan en el mercado nacional (y global) los grupos e individuos que desarrollas usos digitales desde paradigmas contra hegemónicos? ¿Quiénes logran acceso al financiamiento para desarrollar plataformas que puedan al menos competir en el mercado, por lo menos de manera local? ¿Qué intereses y estrategias utilizan para posicionarse en el desarrollo digital latinoamericano? Las diferencias culturales y el colonialismo limitan las posibilidades ante una escala global que abarca datos masivos a lo ancho del mundo, materializado en que los costes de adherirse al sistema global son menores que el desarrollo de la industria digital local. ¿Cual es el mercado efectivo de estas plataformas generadas desde el sur global, con enfoques contrarios a la norma sexista y racista?
Para este ensayo se busca evidenciar dos categorías de discriminación dentro del campo del desarrollo tecnológico: el colonialismo tecnológico y la inequidad frente al norte global que los desarrollos tecnológicos latinoamericanos suponen, y el patriarcado en la institución de la ciencia y tecnología, con el fin de identificar a voces con esfuerzos contra-hegemónicos que repiensan los modos de relación digital, voces históricamente invisibilizadas dentro de las lógicas universales y sexistas en la tecnología.
Hola Luciana, muchas gracias por este segundo avance. Me queda mucho más claro ahora tu interés y al concentrar la mirada en el caso de la Imilla Hacker el proyecto gana mucha más potencia. El colectivo Sursiendo también puede ser de tu interés, tienen varias cosas de hackfeminismo. Eso sí, creo conveniente incluir más referencias y quizás armar una sección separada sobre la cultura hacker y el software libre, que me atrevería a decir que excede los debates contemporáneos sobre las brechas digitales (o al menos como tradicionalmente se entienden). Referencias en esa línea están los trabajos de Gabriella Coleman como este: https://gabriellacoleman.org/Coleman-Coding-Freedom.pdf Y bueno te recomiendo revisar los textos que mencioné en mi anterior comentario, sobre todo el de Paola Ricaurte. Sobre tu pregunta y objetivos, trataría de ir más allá de identificar colectivas digitales alternativas y comprender sus intereses. Sobre todo porque ya en la elección del caso se “responde” tales objetivos. Quizás la pregunta podría seguir lo planteado en la formulación del problema: cómo agrupaciones como la Imilla Hacker problematizan, desarticulan o hacen frente a (1) el colonialismo tecnológico y la inequidad frente al norte global, y (2) el patriarcado muy presente en la ciencia y tecnología, y (3) cómo desarrollan prácticas contra-hegemónicas o crean alternativas desde el software libre (siendo cada uno de estos puntos, un objetivo específico). Es entendible que estos tres puntos son indisociables desde una perspectiva interseccional, pero para efectos analíticos te podría servir tal distinción para ir clasificando los contenidos digitales de La Imilla Hacker más relacionados con cada uno de estos puntos. Eliminaría el objetivo específico de “Localizar lógicas contra-hegemónicas de desarrollo de plataformas digitales desde Chile” ya que se escapa del caso a estudiar proveniente de Bolivia y del desarrollo de plataformas propiamente tal. Sobre la metodología me parece bien la propuesta de una etnografía digital siguiendo a Harding y Hine, pero trataría de desarrollar más qué harás en concreto o cómo piensas analizar los contenidos digitales (¿harás una selección? ¿bajo qué criterios? ¿te centrarás en imágenes, textos o videos?, etc.) En términos de formato, sigues un relato coherente y agregas imágenes y links muy interesantes.